Os enseño un nuevo paseo por Copacabana, esta vez el anochecer de un día cualquiera entre semana.
Comenzamos en el Puesto de vigilancia 5, donde se monta una pequeña feria por semana al atardecer.
El tráfico en la Avenida Atlántica es intenso, y se mezcla con la gente que sale a pasear, correr, tomar algo, o que simplemente está de paso.
La playa muestra su lado más calmado, después de un frenético día, dominado por el sol.
Los chiringuitos ya cobran vida, o mejor dicho, se iluminan, ya que vida tienen durante todo el día.
La gente pasea, compra, vende, recoge, corre, habla, bebe, ríe....el conocido paseo de baldosas blancas y negras aguanta impasible todo este bullicio.
Las baldosas parecen que cambian de color a cada paso que doy.
Los partidos en la playa siguen, ya bajo una temperatura mucho más agradable, al igual que numerosos deportes, gimnasia al aire libre
....la vida está en la calle, y el culto al cuerpo exige dedicación.
Llegamos a la altura del Gran Hotel Palace, que continúa siendo una referencia para todo el que pasa por delante. Un coche de la policía nos recuerda que el paseo está vigilado.
Hora de dar la vuelta, ya que la luz es poca y toca volver a casa, creo que ya le he sacado partido al paseo.
El puesto 5 está iluminado como un faro en la noche. El tráfico sigue sin cesar, aunque va cayendo al igual que el día.
El mercadillo coge mucho más color con la luz artificial.....Copacabana seguirá despierta un buen rato más.
Buenas noches :)
