El fin de semana en Bucarest me ha permitido sacar la cámara por la noche.
No me canso de disfrutar de este sensor full frame que me permite salir sin trípode y tirar a ISO 3200. Por la noche, parece que la gente se fija menos en ti. Debe ser que esperan un flash, y no se creen que estés haciendo la foto. Eso y que uno se camufla mejor.
El centro de Bucarest está lleno de restaurantes y pubs, abarrotados de gente. Da gusto pasear por allí, tomar algo, ver los monumentales edificios, todo mezclado con ese aroma viejo / nuevo que se respira por todo Bucarest.
Otro día, os lo mostraré con luz, pero hoy, toca tomarse unas copas....