Tengo muy buenos recuerdos del viaje a Brasov, pero lo que más me ha marcado, han sido las montañas.
Tuvimos la suerte de coger aún nieve en las cumbres, y en el camino hacia Bran, se veían tan espectaculares, que luego seguimos esa carretera sinuosa para ir disfrutando del paisaje, caracoleando entre las montañas. Un par de paradas nos permitieron sacar las fotos que os muestro.
Desde luego, merece la pena el viaje sólo por esto.
Me he quedado con ganas de explorar un poco más, pero dos días no dan para mucho, sobre todo cuando vas con la "agenda turística".
Otra vez será. Espero que os gusten.